El Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH), agente causal del sida, es el retrovirus que tiene mayor impacto en la salud de la población. A nivel global, 39 millones de personas vivían con VIH en 2022 y en ese año se produjeron 1,3 millones de nuevas infecciones. Se estima que 630.000 personas murieron de enfermedades relacionadas con el sida en 2022.

En España en torno a 150.000 personas viven con VIH y en el año 2022 se estima que se produjeron 3.658 nuevos casos de infección por el VIH, de los cuales, en aproximadamente la mitad, el diagnóstico fue tardío. Este dato es especialmente preocupante ya que muestra que el virus sigue circulando sin que la infección sea diagnosticada en una parte de la población, en la que el virus sigue replicando, al no estar en tratamiento antirretroviral. Este escenario propicia nuevas transmisiones virales que mantienen activa la epidemia y la generación de nuevas variantes del VIH.

Por lo tanto, a pesar de los grandes avances realizados en el conocimiento del virus y el desarrollo de tratamientos altamente eficaces, la infección por VIH representa un problema de Salud Pública, también en nuestro país.

Desde el punto de vista científico, nos enfrentamos a dos grandes desafíos: (1) Conseguir la curación de la infección por VIH mediante el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas que permitan un control permanente de la replicación del virus y (2) Desarrollar una vacuna preventiva eficaz que proteja de la infección por el VIH.

El laboratorio de Referencia e Investigación en Retrovirus agrupa seis Unidades que estudiamos distintos aspectos de la infección por el VIH. Por una parte, realizamos técnicas de diagnóstico y referencia para dar apoyo al Sistema Nacional de Salud y monitorizar la infección tanto en personas infectadas como a nivel poblacional. Por otra parte, desarrollamos líneas de investigación con el objetivo de 1) comprender mejor la relación entre el virus y el sistema inmune; 2) desarrollar nuevas terapias y prototipos de vacunas que nos permitan controlar la infección; 3) identificar nuevas variantes del VIH-1; 4) monitorizar la dinámica de propagación de las variantes del VIH-1 como información que sirva de guía para intervenciones en salud pública. Así mismo, generamos reactivos derivados de diferentes variantes del VIH-1 para su depósito en repositorios y eventual distribución a otros investigadores.  ​​​​​​​